LLegamos a las 9.30 y aún asi estuvimos casi 2 horas de cola solo para alquilar los esquis y otra cola que hizo Luis Carlos para sacar los forfaits.
LLegamos casi corriendo junto al monitor y finalmente comenzarón las clases.
La nieve era mala, poco espesor, asi que decidimos disfrutar los padres de otra manera el dia de esqui. Mientras nuestros hijos sufrian intentando hacer la cuña, nosotros los observamos con atención.
Finalmente nos fuimos a devorar nuestros bocatas, y por la tarde algo de trineo y risas.
Un dia fenomenal con una compañia expectacular. Hasta otra chic@s.
PD. Echamos de menos al papa principal.
